Capítulo nuevo, página en blanco
“El Franco es un
Liceo que está en muy malas condiciones de infraestructura, nadie habla francés,
la gente es problemática, …” Así es como fuimos descritos, inicialmente, a
nuestro nuevo director.
Lo importante no
es quién dijo esto ni por qué, sino saber que tenemos ahora la oportunidad de
construir otra imagen, una positiva. Depende de cada uno de nosotros probar que
esos rasgos no nos
representan o, por el contrario, reafirmarlos.
Revisemos a
conciencia nuestro actuar como empleados: ¿Doy lo mejor de mí en cada día de
trabajo?, ¿Estoy pendiente de ser responsable, puntual y de ausentarme solo por
emergencias?, ¿Aporto una sonrisa, amabilidad y calidez a las personas con las
que trabajo día a día; sean compañeros, estudiantes o papás y mamás?, ¿Inspiro
confianza a las personas que me rodean laboralmente?, ¿Mantengo una mente
abierta y estoy dispuesto a cambiar y a negociar para mejorar en mi trabajo?, ¿Intento
resolver los problemas de manera directa, personal y asertiva?, ¿Cumplo con mis
obligaciones, sin necesidad de que alguien esté vigilándome?
A veces, nos escudamos en los problemas
laborales o en el ambiente de trabajo para no dar lo mejor de nosotros mismos.
Esta vez, casi como con el cometa Halley, que se logra disfrutar una vez en la
vida, tenemos un equipo de dirección excelente, tanto en primaria como en
secundaria; personas de un gran valor profesional y humano que se ganan el
cariño y la confianza con solo conocerlos. Ya no hay excusas para no amar nuestro
trabajo y ser funcionarios entregados.
Muchas gracias
al señor Boy por su voto de confianza, por arriesgarse y darnos una
oportunidad. Muchas gracias, también, al señor Braz y las otras personas del
cuerpo diplomático, que no perdieron la fe en nosotros y han intentado siempre
ayudarnos, logrando, incluso, que tengamos la suerte de contar con el actual
director.
Compañeros y
compañeras, los siguientes años de historia los escribimos nosotros, está en
nuestras manos hacerlos positivos y productivos. Trabajemos juntos para que ese
listado de defectos y de personas dispensables quede en el olvido. Todo depende
de nuestro puño y letra.