Hostigamiento constante
Acoso laboral desgasta física
y emocionalmente a víctimas
Sufren estrés, irritabilidad y depresión. Personas consideran la renuncia como única posibilidad de salir del problema.
Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr
alopez@prensalibre.co.cr
El acoso laboral o mobbing laboral es muy común en el país,
sin embargo representa una cifra negra ya que muchos no denuncian su situación
por temor al despido y continúan soportando el maltrato del que son víctimas.
Quienes sufren este hostigamiento padecen un alto nivel de estrés que les
baja las defensas y por ello pueden enfermarse con frecuencia, además son
vulnerables a caer en depresión y por lo general se vuelven irritables.
Este tipo de acoso se puede manifestar de distintas formas, entre ellas
un ataque hacia la víctima en forma continua y durante un lapso importante y
hay un desgaste psicológico hacia la persona, hasta conseguir que renuncie.
Puede existir incluso violencia física, rumores, agresión verbal, ataques
sobre las actitudes personales y congelamiento profesional o exclusión de
ascenso dentro del centro de trabajo.
Es importante diferenciar el acoso laboral de otras acciones ya que
pueden confundirse, por ejemplo con un regaño del jefe, conflictos laborales
que se pueden exteriorizar mediante reproches y una agresión aislada, que es un
acto de violencia pero no acoso laboral.
Presión
El director del Instituto Cognitivo Conductual, Galo Guerra, explicó que
el acoso laboral es un hostigamiento constante y con alta frecuencia, en el
cual, el acosador critica el rendimiento y la capacidad de la persona y
menosprecia sus habilidades e inteligencia haciendo énfasis en los errores y no
en los aciertos.
El psicólogo Erick Quesada comentó que como en todo acoso, la persona
víctima sufrirá estrés, ansiedad, insatisfacción en el trabajo y se enfermará
con frecuencia padeciendo por ejemplo cuadros de gastritis.
Para Quesada, el hostigamiento que hace el acosador tiene que ver con un
asunto de poder en el que algunas personas necesitan autoafirmarse y para
hacerlo recurren al poder del que disponen para agredir a los demás, pero acoso
también se da entre colegas.
Guerra comentó que se le debe enseñar a la persona a ser
indiferente ante el acoso, no es fácil pero si su rendimiento laboral es bueno
puede ir neutralizando las críticas que se le hacen sin que le afecte.
Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible
decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante
tampoco.
Jaume
Perich (1941-1995)
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